Adiestramiento Canino: cómo entrenar la llamada

Publicado el día 18 de febrero de 2021 Ignacio Gutiérrez Volver al Blog

Qué es la llamada, y por qué la necesito

Desde el punto de vista del entrenamiento canino, entendemos la llamada como la correcta obediencia del perro a la interpelación oral por parte de su dueño. Esta llamada debe ser interpretable fácilmente por el perro, de manera que este acuda a como respuesta a la misma.

Entrenar la llamada es una parte importante del entrenamiento canino, y también es algo que podemos hacer por nosotros mismos. No obstante, te animamos a consultar con un profesional si tienes problemas cuando entrenas este comportamiento, o no progresas tan rápido como te gustaría.

Adiestrar a nuestra mascota para que atienda a la llamada puede ser importante en muchas situaciones, y vital en otras: quizá no queremos que importune a personas desconocidas en la calle o queremos evitar que se aproxime a otros perros o lugares en determinadas circunstancias, o quizá queramos evitar que nuestra mascota se aproxime a personas que experimentan miedo o aversión a los perros.

También servirá para evitar, potencialmente, que nuestro amigo peludo se ponga en peligro en una calle transitada por coches, o que se extravíe.

De esta manera, entrenar la llamada mejora el comportamiento del animal para que tenga un comportamiento más predecible en situaciones, sean sociales o no. En el mismo sentido, también el dueño del perro tendrá más confianza en estas situaciones, ya que sabrá a ciencia cierta que el perro conoce la llamada y sabe qué tiene que hacer cuando la oye.

Para entrenar la llamada, hay que tener en cuenta que este es un proceso de aprendizaje. Como en todos los procesos de aprendizaje, hay que tener constancia, regularidad y, a veces, armarse con un poco de paciencia.

Cuándo y dónde adiestrar a nuestro perro para que responda a la llamada

Para entrenar la llamada, es fundamental preparar el escenario. Es muy importante que los entrenamientos sean cortos e intensos, por lo que emplearemos entre 5 y 10 minutos al día. Evitaremos entrenamientos largos y de baja calidad ya que desmotivan a nuestra mascota.

Si vamos a entrenar la llamada en un lugar abierto, este debería ser uno acotado con vallas. Si es posible, es mejor evitar un lugar con gran afluencia de otras personas y, especialmente, otros perros porque esto puede distraer a nuestro peludo, dificultando que se concentre en el adiestramiento.

También es posible adiestrar la llamada durante ratitos cortos durante el día en nuestro domicilio, evitando así las distracciones que podemos encontrar en la calle.

Cómo adiestrar la llamada: utilizar el reforzamiento positivo y evitar castigos

Sea el que sea el entorno (interior o exterior) en que decidamos llevar a cabo el entrenamiento, los principios son los mismos.

El principio fundamental que aplicaremos para el adiestramiento de la llamada es el del refuerzo positivo. El refuerzo positivo consiste en dar a nuestro perro algo que valora (como una chuchería o comida) cuando hace aquello que queremos que haga.

Existen otros tipos de refuerzo y también existe el castigo. Sin embargo, sólo adiestramos la llamada mediante el refuerzo positivo.

Una progresión coherente para el entrenamiento de la llamada consistiría en iniciar el adiestramiento en casa, donde existen menos distracciones, y después progresar hacia el adiestramiento en el exterior.

Nos será útil entrenar en espacios donde no existan muchos obstáculos, ya que queremos es que el perro nos vea y nos escuche: el pasillo o el salón son espacios adecuados para esta tarea.

Cualquier momento es bueno para practicar, coge un juguete o comida  que le guste y llámalo por su nombre. Sé muy expresivo, hazte notar, así aumentarás la atención de tu perro. Cuando acuda a tu llamada, ¡premialo! Este es el refuerzo positivo. Recuerda premiarlo inmediatamente después de que haya acudido a ti, para que el perro pueda asociar su acción con tu premio.

También podemos jugar al escondite. Prepara una sábana o manta, escóndete y llámalo. Al principio le costará un poco localizarte, pero notarás su alegría al hacerlo. Cuando entienda que estáis jugando, utiliza otras habitaciones para esconderte y llámalo.

De nuevo, recuerda premiarle cuando te encuentre, para que la asociación entre obediencia y premio sea inequívoca.

Cuando trabajes la llamada en el exterior, busca un ayudante. Tu ayudante cogerá al perro con la correa mientras tú coges distancia. La distancia será escasa al principio, e incremental con el tiempo.

Una vez que estéis enfrente el uno del otro, llama a tu perro por su nombre y cuando tu ayudante note que el perro se desvive por ir contigo, deberá soltarlo. Tu amigo peludo correrá hacia ti, ¡y ese será el momento de premiarle!

Como hemos apuntado antes, al principio es mejor evitar los estímulos que puedan distraer a tu perro. La presencia de sonidos, personas u otros perros pueden diluir la intensidad del entrenamiento, haciéndolo menos efectivo.

Otros consejos

Los comienzos son duros, pero gratificantes al ver mejoras en poco tiempo. Trabaja en la atención en ti, si tu perro te mira, ¡prémialo! . Si tu perro viene hacia ti en la calle para pedir caricias, ¡prémialo!

Entrena con frecuencia

Los perros no vienen de serie con la llamada, deja de poner excusas. Cualquier rato que puedas sacar, os ayudará a ambos. Hay que aprovechar algunos ratitos que tengamos en nuestro día a día y entrenar con nuestro perro fuera de sesión. La constancia proporcionará beneficios, también en el corto plazo.

Aprovecha cualquier momento

Por ejemplo, llama a tu perro cuando vayas a coger las correas, para ponerle de comer, cuando te mire.  Esto le ayudará a estar atento a que en cualquier situación puedes llamarle y recibir  recompensa. Los premios en cada llegada son fundamentales, ya sean sociales, con comida o juguete, esto hará que nuestro peludo siempre tenga ganas de venir.

Emplea el reforzamiento positivo

Cuando comiences a subir el nivel de los entrenamientos, NUNCA le regañes por no venir. Si no ha venido cuando lo hemos llamado, es porque algo no lo hemos hecho bien. Da un pasito atrás en los entrenamientos, afianza conceptos y avanza.

Principales errores a evitar durante el adiestramiento de la llamada

Es importante no quemar la llamada, es decir, no desgastarla. Evita llamar a tu perro cada minuto. Recuerda que tiene que ser algo divertido y la repetición cansa y aburre. De vez en cuando cambia la forma de premiar para evitar la monotonía.

No olvides, además, que la llamada debe ser inequívoca y sin ambigüedades. Debes utilizar siempre la misma palabra para llamar a tu perro.

Si retiramos los premios antes de que el pero esté preparado – es decir, antes de que el comportamiento de obediencia esté consolidado – podremos encontrar que el comportamiento desaparece paulatinamente. Sé paciente y generoso con los premios.

Si vas a entrenar en el exterior, evita entrenar desde el principio con el perro suelto. Los estímulos serán demasiado fuertes y se producirán distracciones en el entrenamiento.

Castigar al perro cuando conseguimos cogerlo o cuando acaba de venir, es siempre mala opción, y sólo conseguiremos que no le compense venir a tu llamada. Ligado a este problema encontramos el no generalizar el comportamiento del perro en diferentes contextos: debemos entrenar la llamada en diferentes lugares para que nuestra mascota no asocie la llamada con un espacio físico concreto, sino que aprenda a obedecer la misma en cualquier lugar. Para ello, entrenaremos la llamada en varios lugares diferentes, y mejor cuantos más diversos sean estos.

Espero que con estos consejos empecéis a disfrutar de vuestros perros, ya que el adiestramiento de este y otros comportamientos puede ser una actividad muy gratificante para dueño y mascota, además de útil y práctica.